Nos toca despedirnos de Cracovia con mucha pena, porque nos ha gustado muchísimo. Preparamos todo para hacer dejar el apartamento e ir hacia la estación para coger un tren dirección a Gdansk.
El tren salía a las 09:00 de la mañana y nos espera un trayecto de 5 horas, en el cual nos ha dado tiempo para todo. Antes de subir al tren hemos comprado comida para ir comiendo y picotear durante el viaje, habíamos preparado libretas, bolis y cosas para poder pintar, dibujar… etc. y nos llevamos un par de juegos porque 5 horas dan para mucho.
A las 03:20 llegamos a Gdansk y es un pueblo super bonito, la estación nada mas llegar, nos ha encantado y nos ha recordado a la estación de Ámsterdam. Hemos visto el memorial de Kindertransport, que es un monumento que se hizo para conmemorar la evacuación de los niños judíos de la ciudad que iban a Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial.
Hemos cogido un tranvía y hemos llegado al hotel. Los peques han flipado, no es que sea gran cosa, es más bien normalito, pero como estamos acostumbrados a viajar en furgo no solemos ir de hotel les ha encantado, además estaba todo decorado muy navideño.
Hemos dejado todo en la habitación y nos hemos ido directos a ver la ciudad. Cada paso que dábamos nos gustaba más, nos hemos acercado al calendario de adviento para ver como abrían la casilla del día, pero nos hemos equivocado de hora y hemos decidido pasear por el mercadillo y cenar un poco. La comida estaba buenísima.
Nos ha venido bien el paseo después de tantas horas de tren, pero como no paramos, estamos un poco cansados, así que sin apurar mucho hemos cenado pronto en un restaurante típico en el que la comida estaba buenísima y hemos vuelto al hotel. Al llegar hemos sorprendido a los peques porque en la zona infantil había una Xbox y han podido jugar un rato antes de ir a dormir.