¡Nos vamos a Polonia! Aun no se porque elegimos este destino como viaje navideño, pero mirando el viaje, creo que nos va a gustar muchísimo.
El sábado nos preparamos, comemos y cogemos el coche directos al Aeropuerto de Barcelona que es desde donde sale nuestro vuelo directo a Cracovia. Aparcamos el coche en la T2 y nos adentramos en el aeropuerto. Los peques han viajado, pero en avión sólo han hecho; el pequeño a Londres cuando era muy pequeño (1 año recién cumplido) y la mayor a Londres y a Países Bajos (con 3 años para Londres y 1 y medio a Países Bajos), pero casi ya ni se acuerdan. En el aeropuerto estaban nerviosos y contentos, facturamos la maleta, pasemos el control familiar y nos dirigimos hacia la puerta de embarque. En el aeropuerto de Barcelona tienen un control para familias, en el cual pierdes menos tiempo porque hay menos gente y los niños no tienen que esperar tanto y además te permiten pasar agua para los peques. El control de la T2 se encuentra en la primera planta cerca del acceso a la zona de embarque. Durante la espera merendamos y paseamos por la terminal en la cual encontramos dos máquinas de arcade y estuvimos ahí un rato jugando. Por fin sobre las 17:30 comenzamos a embarcar y a las 19:00 ya estábamos subidos al avión que a y media despegaba súper puntual. El vuelo fue bien, como era ya de noche vimos poca cosas, pero a lo que nos dimos cuenta, estábamos aterrizando en Cracovia. La duración de vuelo fue unas 2 horas y media, pero en Barcelona estuvimos como medía hora hasta llegar a la pista de despegue dando vueltas por el aeropuerto, así que en total estuvimos 3 horas dentro del avión. La hora prevista de llegada eran las 9:30 de la noche. Llegamos sin retraso, cogimos la maleta y nos dirigimos hacia la puerta en donde nos estaba esperando un taxi para llevarnos a nuestro primer alojamiento.
Me encanta cuando llegas a un país y «huele y lo sientes» diferente. En el taxi estábamos un poco cansados, pero no parábamos de mirar por la venta y comprobar que nos llevaba por el camino correcto. Cuando lleguemos al apartamento tocaba hacerse con las llaves y entrar… que la verdad resulto algo curioso. Nunca habíamos hecho un check in de este modo con instrucciones tipo escape room, pero fue fácil acceder. En el portal teníamos que introducir un código que nos habían mandado por email con las siguientes instrucciones. Luego subimos hasta la segunda planta que era donde estaba el apartamento y había unos buzones con código en donde tuvimos que encontrar el nuestro y poner otro código para abrirlo y así obtener la llame del apartamento… y ya, una vez con la llave, entramos y comenzamos nuestro despliegue de cosas.
Como no habíamos cenado, nos preparamos una sopa, nos pusimos el pijama y a descansar para mañana que Cracovia nos espera.