Por segundo año consecutivo aprovechamos las vacaciones de semana Santa para visitar a nuestros vecinos los Franceses, y dar comienzo la temporada 2023 de furvi.
El primer día nos tocó hacer unos 400 km, además como parecían pocos, el GPS aún nos regalo alguno extra debido a que la ruta que teníamos mirada «pasaba» por una zona con galibo y restricción de anchura no apta para furgos… pero bueno, es lo que tiene el GPS y viajar en furgoneta que a veces son incompatibles.
Al llegar a destino, cenamos y disfrutamos de nuestro hotel de 1000 estrellas.

El segundo día nada más levantarnos visitamos la duna de Pilat, que aunque estaba preparado para el primer día, no nos dio tiempo… Aquí, el punto positivo de la furgo, que puedes modificar planes todo lo que quieras.
La duna de Pilat es la duna más alta de Europa, llegando a alcanzar entorno a los 100m altura sobre el nivel del mar. Como dato curioso, se mueve hacia adentro unos 2 ó 3 metros cada año. Para llegar ahí desde el área de caravanas, se llega en unos 15 minutos y justo en la duna hay un parking de pago para acceder a visitarla.
Nada más llegar ya nos impresionó. Habíamos visto fotos antes de ir, y aún así, nos ha sorprendido. Hemos pasado un buen rato y los peques han disfrutado muchísimo con tanta arena, han hecho ángeles, la croteta… les ha dado para todo.
Continuando el viaje paramos en el puerto de Biganos el cual es muy pintoresco, ya que está construido en un riachuelo y se llena en función de las mareas. Los muelles también llaman la atención, ya que están construidos de madera.
Visto el puerto, ocupamos una de las mesitas de pic nic que hay en el entorno y comimos antes de continuar hacia Saintes.
El planning de la tarde era visitar el anfiteatro de Saintes, pero disfrutamos tanto por la mañana que llegamos y justo acababa de cerrar… eran las 17:19 y cerraba a las 17:00, por los pelos. Aunque no pudimos acceder, lo pudimos ver desde la parte de arriba bordeando parte del recinto. Después tocó un rato de parque y vuelta a la furvi a hacer unos kilómetros más.
Dormimos en Lezay, a unos 50k de Poitiers, en una Área de caravanas y la verdad que muy bien y muy tranquilos.
Al día siguiente nos tocaba ver un poco el centro de Poitiers, que nos gustó mucho y por la tarde teníamos preparada una sorpresa para los peques…
Tocaba aparcar la furgo y dormir en el hotel cosmos de Futuroscope. Este hotel daría para un post entero porque es una pasada. Está tematizado en una base espacial y realmente parece que estas en Marte… la atención impresionante, la limpieza, los detalles… todo. Además nos recibieron con unos ticket regalo por persona para una consumición gratuita en el bar de los pilotos (precio de una Coca-Cola 4.5€) y un 10% para las compras dentro del parque, que hicimos uso al día siguiente en Futuroscope. Y ya que estábamos tematizados, decidimos cenar en el restaurante del hotel, el space loop, restaurante en el cual te sirven los platos a través de unos raíles. Los peques y nosotros flipabamos de como llegaban los platos a las mesas… tuvimos una cena muy divertida. Después de la cena, tocaba descansar con la tripulación.
Cuarto día de misión y volvimos al space loop, esta vez para desayunar y coger fuerzas para disfrutar del día.
Abandonamos la estación espacial y fuimos al parque. Nada más llegar midieron a los peques y les pusieron unas pulseras, que en función del color podrían entrar o no en las atracciones.
Futuroscope es un parque un poco diferente de los que estamos acostumbrados. Casi todas sus atracciones son indoor, tipo simuladores, con plataformas que se mueven y efectos especiales a través de pantallas enormes y en algunos casos gafas 3D o 4D, para conseguir una mayor realidad virtual.
Las colas… otro tema, en muchos casos también son indoor en su mayoría y bastante diferentes a lo que estamos acostumbrados… vas pasando por salas, tematizadas según cada atracción o con contenido audio visual relacionado. De esta forma se hace más rápida y amena la espera. Nosotros fuimos en «viernes santo» que en España es fiesta y en Francia aún no habian empezado las vacaciones escolares. Y aunque había gente, la cola más larga que hicimos fue de 35 min…. eso sí, nosotros, con la app del parque estábamos observando los tiempos de espera y con esos íbamos gestionando las atracciones.
Con nuestra organización y supongo que con un poco de suerte…. nos dio tiempo de disfrutar de todo en un día. La única que se nos quedó pendiente fue la de objetivo a Marte que justo a las 10:15 se estropeó la atracción.
Para finalizar el día antes de comprar unas cosilla en la tienda de regalos… fuimos a ver el espectáculo de Los sueños, en el cual proyectan unas imagenes sobre las fuentes del anfiteatro y van jugando con las luces. Nos gustó muchísimo.
Llega el quinto día y toca ir pensando en volver a casa… pero antes de arrancar hay que hacer deberes.
De camino a casa paramos a ver uno de los pueblos más bonitos de Francia… rodeado de kms de viñedos se encuentra Saint Èmilion, lleno de arquitectura y ruinas romanas.
Continuamos un poco más para dormir en Labastida d’Armagnac. Aparcamos en el AC y la verdad que acertamos. Dormimos de lujo y por la mañana pudimos descansar un poco, desayunar tranquilamente y los peques pudieron correr por el área y nosotros reorganizar la furgoneta que estaba muy, pero que muy desordenada.
Listos para continuar, visitamos el pueblo de Labastide D’Armagnac en donde retrocedemos en el tiempo. Es un pueblo típico de casas con entramados de maderas muy bien conservado pero manteniendo la esencia. Lo que más nos sorprendió fue la plaza que, pese al paso del tiempo, aún estaba sin adoquinar ni asfaltar, punto extra de autenticidad. Las fachadas de las edificaciones eran todas entramadas y con los bajos aporticados, todo un encanto, arquitectonicamente hablando. Compramos pan, nos sentamos a tomar algo mientras disfrutábamos de la plaza y nos dirigimos hacia nuestro último destino señalado en el viaje.
Llegamos a Navarrenx y después de comer un poco de picnic, nos dirigimos a disfrutar de este pueblo completamente fortificado y nos encontramos con una feria artesanal que aún le dío más encanto. Paseamos por sus calles y caminos, nos acercamos a la muralla y al punto de control en donde podían divisar en sus tiempos al enemigo. Y con mucha pena, regresamos a la furgo para volver a casa… eso si, pensando ya en el siguiente viaje.