Este finde hemos acompañado a papi bicicletero a la quebrantahuesos.
Tras varias fechas pospuestas, por fin el 18 de Septiembre se ha realizado. Llegamos el día de antes a Sabiñanigo para la entrega de dorsales y ya nos quedamos a dormir con furvi, así papi no madrugada tanto y nosotros lo esperábamos por ahí. Este año debido al covid hay mas restricciones, por ejemplo, a la zona de reparto de dorsales y stands sólo podían acceder los participantes con un código QR… aunque como es nuestro primer año, tampoco sabemos muy bien cómo la organizaban antes, suponemos que habría alguna otra actividad para las familiar durante la larga espera de los participantes.
Ahora hablemos de tiempo… la quebrantahuesos es una carrera de unos 200 km y de primeras daban mucha agua y frio… llegó la hora de prepararse y efectivamente, tormenta. Todos los participantes se preparaban para la salida; unos para la vuelta a casa y otro a probar suerte en la carrera.
De los 6000 inscritos la empezaron la unos 1900 entre las dos carreras, de los cuales, no todos acabaron, ya que las condiciones eran las más propicias para abandonar. La participación en la treparriscos también se vió afectada. Muchos de la QH pasaron a la treparriscos ya que en ésta zona las precipitaciones eran menos probables. La participación de la treparriscos rondo los 650 corredores.
Papi decidió participar, llevaba desde antes de la pandemia preparándose para éste día, así que bien abrigado y preparado, arrancaba la carrera. Y nosotros con botas de agua y paragüas en mano, dispositivos electrónicos, una mochila llena de juegos, pinturas y mucha ropa de recambio… nos tocaba esperar.
A las 7 de la mañana nos desperto la tormenta y a las 7 y media empezó el speaker a dar la bienvenida a los atletas participantes en la QH que eran los primeros en salir. Cómo ya estábamos despiertos fuimos a ver a papi a la salida y a todos los valientes que apostaron por hacerla pese al tiempo.
Una vez comenzada la carrera, volvimos a la furgo para cambiarnos (ya que nos habíamos mojado un montón de la que estaba cayendo), desayunamos y comenzaba nuestras espera…
Este año habia una app que a través del dorsal de los participantes puedes ver el seguimiento y saber si han pasado o no por los puntos de control, así como a la hora que han pasado y la previsión de llegada.
Durante la mañana vimos una peli, estuvimos viendo despegar y aterrizar helicópteros y nos fuimos a tomar algo al albergue donde los peques encontraron un montón de juguetes nuevos para hacer la espera más duradera.
Se acercaba la llegada de uno de nuestros amigos que hizo la treparriscos y lo fuimos a esperar…. ¡Bien! Campeón, tuvo suerte y escasamente le llovió.
Mientras esperaba a que le limpiaran la bici, volvimos a la furgo para comer… y de repente ¡se pone a granizar! Nosotros ya estábamos en furvi, pero había gente que le pilló afuera… por suerte era del tamaño de canicas, cayó con mucha agua y fué poco rato.
Casi toda la espera la pasamos entre la app de la carrera y la del tiempo a ver por donde iban las nubes.
Al rato cuando paro, llego nuestro «vecino» que había hecho la QH y confirmo nuestras peores sospechas… toda la mañana sin parar de llover, sobre todo en la parte francesa. Por suerte para los participantes, en algunos de los avituallamientos les habían preparado caldo calentico para que entraran un poco en calor.
Comimos… merendamos… y papi se acercaba, además parecía que ya no iba a llover más. Así que dejamos los paragüas en la furgo, cogimos los carteles para papi y nos dirigimos hacia la meta… y después de una 9 horas 14 minutos y 22 segundos de carrera… por fin, mirad, ¡que viene papi! ¡súper campeón!
La cara de papi, al igual que la de tod@s que iban llegando, era de satisfacción pero a la vez de alivio de haber podido acabar antes o después, pero sobre todo de haber podido cruzar la línea de meta sin casi apenas incidentes… bueno, salvo las 9 horas de agua que tuvieron que soportar a lo largo de todo el recorrido.